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lunes, 21 de junio de 2010
ENSEÑA A LOS CLIENTES A DECIR SI
Si usted puede lograr que su cliente establezca desde el comienzo de su conversación con usted el hábito de decir SI a una serie de preguntas, y logra mantener esta conducta de respuestas afirmativas a lo largo de toda su presentación, cuando llegue el momento de la pregunta que define la venta, el resultado será predecible con un alto grado de certeza.
Este proceso también le permite determinar si está yendo en la dirección correcta, y dando en el blanco de la real necesidad del cliente.
Por ejemplo, en la venta de seguros de retiro el vendedor puede estar concentrándose en la capacidad de su producto de generar recursos adicionales en abundancia por la alta rentabilidad de las inversiones de riesgo en mercados emergentes, cuando en realidad el cliente está buscando una protección sólida y segura que le permita conservar intactos sus ahorros con el paso de los años y vivir una vejez sin sobresaltos. Esto puede hacer una gran diferencia en el cierre de la venta si no ha respondido a la pregunta tácita que su cliente nunca ha formulado. Obviamente el cliente no encontrará en su producto una solución plena a su necesidad. Lo peor del caso es que su cliente nunca va a decirle esto, sino que simplemente seguirá buscando en otra parte algo que encaje mejor con sus necesidades reales.
Se necesita ser un atento receptor de todo lo que diga el cliente, y hacer una presentación como si fuera un traje a su medida, con pausas en puntos específicos para permitir que el cliente hable.
Estructurar su presentación de venta para que no sólo demuestre los beneficios del producto o servicio, sino que también incluya una serie de preguntas que probablemente producirán "SI" como respuesta.
Un ejemplo del desarrollo de este proceso:
"Sr. Martínez algo muy interesante de este auto es la capacidad de la cabina para absorber y resistir impactos, lo que ante un posible choque significa que la carrocería puede deformarse pero el interior se mantendrá intacto, resguardando la seguridad tanto del conductor como de los acompañantes" (y aquí viene su pregunta SI): "Creo que esto le dará a usted una gran tranquilidad al saber que su familia va a viajar con usted mucho más segura en su nuevo auto, ¿no es cierto?".
Y usted continúa con otra característica/ventaja/beneficio, y luego dice: "Sr. Martínez, ¿Usted siente que esto es un beneficio real para usted y su familia?"
Ahora tiene usted ya a su cliente en el hábito de responder SI a sus preguntas. Cuándo usted llega al momento adecuado de su presentación, se hace más sencillo para usted decir: "Entonces Sr. Martínez ¿le parece que este es el auto que estaba buscando?"
Cuando responde SI, simplemente restará completar los papeles de venta del auto.
Por supuesto, la otra cara de esta situación es cuando el Sr. Martínez dice "NO".
No desespere cuando esto ocurra. Significa que usted ha omitido algo en su sondeo de necesidades/deseos/temores del cliente, por lo que tiene que, sin perder tiempo ni perder la calma considerar los pasos que ha dado y las cosas que ha dicho y escuchado. Algo se ha perdido que puede ser encontrado.
Usted debe conseguir que el Sr. Martínez lo ayude. Para hacer esto simplemente usted va a hacerle una nueva pregunta. Cuando él conteste, usted va a decir con otras palabras las ventajas y beneficios, o va a explicarlas con mayor detalle. Este proceso también le da la oportunidad de asegurarse que usted conoce la real motivación primordial de compra de su cliente.
Ejemplo:
Usted le formula la pregunta al Sr. Martínez. Él responde "No".
Usted establece un franco y directo contacto visual y le dice: "¿Realmente piensa eso? (pausa) ¿Porqué?". Ahora usted ha reorientado la conversación hacia el Sr. Martínez, y le ha dado la chance de que le diga a usted que es lo que verdaderamente tiene en mente. Escúchelo cuidadosamente para estar seguro de entender su respuesta porque va a utilizarla para replantear o explicar mejor su punto y seguir liderando el proceso hacia el SI.
"¿Entonces usted considera que esta característica exclusiva de este modelo no sería para usted un beneficio que le agregue valor porque___________?"
En este momento usted utiliza su excelente conocimiento del producto para explicarle de qué modo esa característica va a satisfacer específicamente su necesidad. Luego usted dirá: "entonces que le parece esto ahora?". Si él contesta "bien" o una respuesta similar, usted continúa con su presentación o directamente va al cierre. Si sigue manifestando desacuerdo, usted vuelve con: "¿En serio? (pausa) ¿Porqué?" y repite el proceso hasta que llegue al centro de la verdadera objeción real, y entonces estará en condiciones de resolverla.
jueves, 10 de junio de 2010
COMO IDENTIFICAR Y EVALUAR IDEAS DE NEGOCIO
¿A quién no se le ha ocurrido alguna vez una gran idea de negocio? ¿Quién no se ha lamentado al ver a alguien explotar una idea que uno tuvo pero que no se decidió a poner en marcha? O, ¿quién no ha decidido una y otra vez dejar su empresa para establecerse por su cuenta, pero no tiene claro en qué tipo de negocio embarcarse?
La idea de desarrollar un negocio y crear una empresa que lo explote es algo más común de lo que creemos. Todos somos en cierta medida emprendedores y a todos se nos ocurren ideas de negocios. El problema, lógicamente, está en saber cómo explotar esa idea de forma más o menos sensata, y rentable, claro.
A veces sucede que lo que queremos es crear una empresa pero no sabemos muy bien que idea explotar. Necesitamos una idea de negocio que llene de contenido la decisión ya tomada de crear una empresa.
El siguiente paso es: Creatividad o Pragmatismo o ¿una combinación de ambos?
Se requiere una buena dosis de creatividad para encontrar una idea que nos satisfaga y nos dedica a lanzarnos a la aventura de crear una empresa. Cualquiera que le haya dado vueltas a la idea de establecerse por su cuenta sabe qué significa esto. Además es evidente que no todos somos empresarias/os geniales, ni nos levantamos cada mañana con una idea capaz de revolucionar el planeta.
Puestos, pues, a buscar una idea, mejor hacerlo por allí donde los demás ya han tenido éxito. Según los estudiosos del tema existe toda una serie de fuentes generadoras de ideas. Sin ser exhaustivos, entre estas fuentes de ideas podemos incluir:
Detectar una necesidad
Este es, además, un principio fundamental del marketing, y quien detecta una necesidad a tiempo y sabe cubrirla adecuadamente tiene grandes posibilidades de tener éxito en su aventura empresarial.
Detectar una carencia
A veces no es necesario tener una gran idea innovadora y deslumbrante. Basta con descubrir algo que simplemente no se está haciendo y que, de llevarse a la práctica, podría tener éxito.
Detectar una deficiencia
Muy relacionado con los anteriores puntos, estas ideas surgen cuando alguien se da cuenta de que algo que ya se está haciendo, o no se hace correctamente o se podría hacer mejor. Esta es una de las motivaciones que suele llevar a los emprendedores a dejar su trabajo y establecerse por su cuenta en la misma actividad.
Aprovechar las aficiones
Una de las mejores formas de crear un negocio propio es dedicarse a aquello que realmente a uno le gusta; sobre todo si uno tiene grandes conocimientos del tema en cuestión y, por supuesto, no duda en pasarse horas trabajando en ello. De todas maneras, con este sistema se corre el riesgo de dedicar todas las energías a aquellas tareas que nos gustan y olvidar las que no nos gustan.
Nuevas aplicaciones de viejos productos
Estas ideas suelen ser espectaculares y a veces muy buenas. ¿Qué ocurriría si alguien decidiese usar el teléfono para enviar cartas en lugar de hablar por él? Pues que habría creado el fax...
Estas ideas suelen ser fruto de la genialidad y de la pericia técnica; aunque no por ello deban quedar excluidas en una búsqueda sistemática de nuevas ideas.
Cambios en la sociedad
Nuestra sociedad está cambiando a un gran ritmo y con ello cambian las necesidades y los deseos de la gente. "Necesidades" y "deseos" son dos palabras mágicas en el mundo de los negocios. Estar atento a estos cambios puede ser una buena fuente de ideas. Uno puede ver cada día nuevas empresas que venden productos o servicios que hace unos años eran innecesarios o absurdos. ¿Quién hubiera dicho hace pocos años que alguien se ganaría la vida atando a sus clientes con cuerdas elásticas y haciéndoles saltar de cabeza desde arriba un puente?
En definitiva, tener una buena idea es fundamental para el desarrollo de un negocio. Ponerse a hacer lo mismo que los demás es arriesgar demasiado en un entorno tan competitivo como el que vivimos hoy en día. Vale la pena dedicar horas y horas a encontrar una idea lo suficiente buena y original como para que facilite mucho el desarrollo del negocio.
Pragmatismo
Hasta hace poco se consideraba que para crear una empresa era imprescindible disponer de una buena idea innovadora y original. Pero, en este caso, es conveniente disponer de una gran dosis de creatividad para encontrar una buena idea.
Sin embargo, últimamente se ha extendido mucho un "curioso" método de crear empresas sin necesidad de tener brillantes ideas. Se trata del sistema de franquicias. En este modelo empresarial, dos personas físicas o jurídicas se ponen de acuerdo de manera que el franquiciador aporta la idea del negocio (o el servicio, o la marca, o los conocimientos) y el franquiciado crea la empresa siguiendo las indicaciones del franquiciador para explotar el negocio. (La mayoría de "cadenas" de establecimientos -comida rápida, lavanderías, lavado de coches, tiendas de informática, etc.- son franquicias)
El sistema tiene innumerables ventajas para el franquiciado, y de ahí su éxito de aplicación.
Así, por ejemplo:
• No es necesario tener una idea genial e innovadora. Esta la aporta el franquiciador, que cobra por ello.
• El negocio ya ha sido probado por otros franquiciados y se puede ver su rendimiento.
• Se tiene el apoyo y la experiencia del franquiciador en aspectos legales, de marketing, etc.
• Se obtienen las ventajas de formar parte de un grupo (mejores precios de compra, publicidad compartida, etc.)
En definitiva, se cumple el sueño de ser su propio jefe con su propio negocio sin necesidad de arriesgar en algo que puede fracasar estrepitosamente. Evidentemente, el formar parte de una franquicia no asegura el éxito de forma automática pero reduce enormemente los riesgos de un nuevo negocio. El sistema de franquicias está teniendo y tendrá un gran desarrollo en los próximos años por las ventajas que aporta a todas las partes. Hasta existen Franquicias de Internet que pueden ser muy provechosas.
Las ideas claras
Sea cual sea el origen de la idea básica del negocio conviene tener muy claro a qué se va a dedicar la empresa. Esto puede parecer una perogrullada pero una vez puesta en marcha la empresa, con las tensiones que se llegan a originar, suele ser muy fácil cambiar la idea original por otras "más prácticas" y acabar haciendo exactamente lo mismo que hace la competencia o lo que uno hacía en su empleo anterior.
Conviene, pues, tener muy clara la idea básica del negocio; incluso retrasando unos meses la puesta en marcha de la empresa si hace falta. Si no, conviene insistir en ello, se corre el riesgo de poner en marcha un negocio -con sus evidentes costes en tiempo y dinero- para luego descubrir que "se es uno más de tantos que hacen lo mismo".
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